1 de noviembre de 2015

Ángel Caído

Ocaso de la luz, reino de penumbras. Sumergimos nuestros sentidos en gélidos océanos, dominados por eternos silencios que parecen envolvernos en un narcótico sueño. Pesadilla tras pesadilla, intentamos zafarnos del hipnótico polen que atrapado en un haz de luz, parece propagarse a través de humedad y polvo en suspensión. Desorientados como nunca antes, perdemos sentido y orientación, tan sólo el eco de nuestras voces, parece hallarnos en un laberinto inmerso en la oscuridad que sin previo aviso, nos conduce a la última morada del Ángel Caído...
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2 comentarios:

  1. Es curioso como se aprovechaban todos los rincones, cuando no una chimenea, una alacena... estas tienen su encanto rústico; no cuesta nada imaginar sus estantes vestidos en tela roja de cuadritos... ¡Ay, cuanta nostalgia! ;-)

    Saludos. Sansan.

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    1. Saludos para ti y como no, para tus apuntes ;-)

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